Presidente Arce recibirá el Año Nuevo Andino, Amazónico y del Chaco en Tiwanaku

La Paz, 20 de junio 2023

El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce Catacora, acompañado del vicepresidente David Choquehuanca, recibirán el Año Nuevo Andino, Amazónico y del Chaco 5531 en Tiwanaku. El acto se replicará en 200 sitios ceremoniales en todo el territorio nacional.

Los ministros, viceministros, directores nacionales y departamentales participarán también en los distintos rituales. Por ejemplo, la ministra de Salud, María Renée Castro, estará presente en el departamento de Chuquisaca, municipio de San Lucas; el ministro de Educación, Edgar Pary, estará en Potosí, Huanuni; el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, participará en Cochabamba, Incallajta; el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, estará en Samaipata, así como otras autoridades que también estarán desplazados en otros departamentos del país.

La información la dio a conocer la ministra de Culturas, Sabina Orellana, a tiempo de explicar que se dio inicio a esta celebración cultural con una actividad previa que comenzó a horas 06.00 horas de hoy, en la Plaza San Francisco en la sede de Gobierno, donde se hizo una ofrenda de agradecimiento a la Madre Tierra.

Asimismo, informó que esta noche, en el complejo arqueológico del Tiwanaku, se desarrollará el festival de música y danza autóctona, con la presencia de representantes de los pueblos de los departamentos del país.

En la madrugada del 21 de junio se llevará a cabo una ceremonia de agradecimiento a la Madre Tierra en dicho complejo arqueológico y por la mañana se llevará a cabo la entrada autóctona con la participación de comunidades de la región.

Para los pueblos indígena originarios, celebrar el Año Nuevo Andino, Amazónico y del Chaco significa renovar el compromiso con la Pachamama y el Willka Tata, deidades a las que se les ofrenda la sagrada coca, alcohol para la ch’alla y otros como símbolo de reverencia.

El solsticio de invierno, Willka Kuti para la cultura aymara, Inti Raymi para la cultura quechua, y Lucero del Alba, para las culturas de las tierras bajas, es un tiempo trascendental que implica la reconfiguración de las energías en todo el mundo.